La Municipalidad presentó el proyecto del Plan de Ordenamiento Urbano (POU
Pena ejemplar para la maestra que corrompió a 15 niños de un jardín
El “juego del chocolate”. Con ese inocente nombre, las niñas y los niños del jardín de infantes Domingo Faustino Sarmiento conocían la propuesta que todos los lunes, los miércoles y los viernes les hacía la maestra suplente del centro educativo de la localidad cordobesa de Viamonte.
Esos días la directora se ausentaba y Mariela Ríos quedaba a cargo del jardín. Entonces, lo que sucedía puertas adentro era algo que sólo una mente retorcida podía planificar: Ríos fotografiaba y filmaba desnudos a sus alumnos, mientras los incitaba a que bailaran o desfilaran en poses eróticas. A cambio, les regalaba chocolates y les hacía prometer que mantendrían en secreto lo que allí pasaba.
Sucedió en innumerables ocasiones, entre los meses de marzo y noviembre de 2018, hasta que los abusos sexuales salieron a la luz. Fue cuando a una de las madres de los 15 niños que resultaron víctimas de Ríos le llamó la atención la conducta inusual de su hija. Se defecaba encima y se negaba a ir al jardín los días en que las clases quedaban a cargo de Ríos.
Fue así como los padres de los pequeños de 5 y 6 años empezaron a indagar entre sus hijos y, poco a poco, afloraron los testimonios que luego las propias víctimas relatarían en cámara Gesell a la licenciada en psicología Lorena Dutto, de los Tribunales de La Carlota.
Una de las nenas abusadas había adquirido el hábito de ocultarse debajo de la mesa cada vez que alguien en su casa quería tomarle una foto. Fue una de las tantas llamadas de atención.
Los quince testimonios fueron tomados en el sistema de doble espejo -conocido como cámara Gesell- que permitió a los investigadores escuchar lo que los niños le contaron a la psicóloga forense, sin que advirtieran la presencia del resto de los funcionarios judiciales.
Así, los alumnos del jardín Sarmiento coincidieron en narrar que eran llevados a la dirección, al baño y al patio, donde la maestra los hacía desnudar y, en ocasiones, ella misma se quitaba la ropa y manoseaba a los varones.
Todo el material quedaba documentado en su celular Motorola e iba destinado al novio de Ríos, al que los niños conocían como “Jordan”. La maestra hacía que los pequeños le mandaran audios con mensajes al enigmático Jordan, un hombre de La Plata que se dedicaba a performances de stripper y que mantenía un noviazgo a distancia con la acusada, remarcó el fiscal de Cámara Julio Rivero.
Dos años después, fueron esas mismas declaraciones de los niños las que condenaron a Ríos a 15 años de cárcel por abuso sexual y corrupción de menores; ambos, delitos agravados por la condición de educadora, a los que se sumó el de exhibiciones obscenas y producción de imágenes de pornografía infantil.
La pena que le aplicó en la tarde de ayer el juez Emilio Andruet, de la Cámara Segunda del Crimen de Río Cuarto, es la máxima que podía recibir Ríos por los delitos de los que llegó acusada.
El desahogo de los padres
El veredicto fue recibido con una mezcla de alivio, emoción y angustia por una decena de padres que viajaron ayer desde el pueblo ubicado a 161 kilómetros de Río Cuarto. Estar en la sala el día que la condenaran, esa fue la manera que encontraron de empezar a cerrar la traumática experiencia que los tiene en vilo.
Desde el monitor instalado en la sala de juzgamiento pudieron seguir el rostro impasible de la mujer que abusó de sus hijos.
En ningún momento Ríos dio muestras de arrepentimiento ni reconoció delito alguno. Cuando declaró frente al juez, negó todos los cargos. Dijo que las fotos que les tomaba a los niños eran para una celebración de fin de año y recalcó que en todas las sesiones fotográficas estaban vestidos y con sus guardapolvos puestos porque una de las reglas de la dirección era que no debían quitárselos. Sobre el sistema de premios que había instaurado, agregó que no era cierto que les ofrecía golosinas a los niños. “Les regalaba recuerdos”, precisó. La frase sería retomada a la hora de los alegatos por el fiscal Rivero. “¡Vaya recuerdos que les regaló!”, enfatizó.
Rivero hizo hincapié en las graves consecuencias que la docente pudo generar entre sus alumnos. “Les arruinó la infancia. Me quedo con la frase de una de las mamás que declaró en este juicio y angustiada dijo: ‘Espero que el cuerpo desnudo de mi hija no ande dando vueltas por todos lados’. Nadie puede asegurar que eso no esté sucediendo”, se lamentó el fiscal antes de pedir el máximo que le permitía el Código Penal para las acusaciones que recibió Ríos.
El abogado que representó a los padres y la asesora de menores Alejandra Mundet se plegaron al pedido del fiscal. Para ellos también la condena más justa eran los 15 años de cárcel que finalmente le aplicó Andruet.
El defensor, Palacios, había pedido la absolución porque, a su entender, los dichos de los niños no alcanzaban para incriminar a Ríos.
Las últimas palabras de la mujer, que siguió el juicio desde la computadora instalada en la cárcel local, no sorprendieron a nadie. Insistió en declararse inocente. “Yo no cometí estos hechos y Dios sabe que es así -dijo-. Sería incapaz de hacer eso”. Minutos después, Ríos regresaba al pabellón de mujeres. Ahora, con una larga condena por delante.
Investigan ahora a la directora y a Jordan
“Si no llamé como testigo a la directora del centro educativo de Viamonte, no fue al azar. Lo hice porque creo que la Fiscalía de La Carlota tiene que investigar si esta mujer no cometió algún delito contra la administración pública”, dijo el fiscal Julio Rivero y el juez se hizo eco.
El vocal Emilio Andruet no sólo ordenó que se investigue a la directora, Norma Etchevers, sino que pidió que se haga lo mismo con Jordan, el novio de Mariela Ríos, de quien sólo se conoce que estaba radicado en La Plata, que era stripper y que periódicamente mantenía comunicaciones telefónicas con los niños del jardín de infantes Domingo Faustino Sarmiento, de Viamonte.
El fallo de la Cámara Segunda del Crimen de Río Cuarto, además de condenar a 15 años de cárcel a Ríos, prescribió que la mujer reciba un tratamiento psicológico durante su detención que esté a cargo de un especialista en violencia sexual.
Una vez que la sentencia quede firme, su nombre deberá figurar en el registro provincial de personas condenadas por delitos contra la integridad sexual.
El 4 de diciembre la cámara dará a conocer a las partes los fundamentos de su decisión.
Comentarios
¡Sin comentarios aún!
Se el primero en comentar este artículo.
Deja tu comentario