En el intento judicial para detener voluntad de transparentar el funcionamiento de las fuerzas de seguridad por vía de la participación popular, se apunta contra la jóven legisladora y se da vuelta por completo el sentido de la figura del abuso de poder. O bien esas herramientas se ponen al servicio de la voluntad de construir una red de cuidado ciudadano, o bien se ponen al servicio de dicha perpetuación de los entramados de poder, que son en sus cimientos, clasistas, misóginos, racistas, inherentemente violentos.
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