La mujer lo mismo, por si hiciera falta aclararlo. Y Dios puede ser islámico, católico, judío… el recordatorio de este refrán hasta a un ateo le sirve. Quién no ha sufrido un obstáculo, un imprevisto, que trastoca o destruye una expectativa, una ilusión… ¡De pronto, todo lo planeado se desvanece y hay que cambiar! El tango lo dice clarito: “Contra el destino, nadie la talla”
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